En la forma en la que actúan, ciertamente. En lo que se refiere a la esencia del liderazgo, puede que no tanto. Las empresas y los ejércitos son organizaciones que pueden compartir algunas características, pero cuyos objetivos son diferentes. Yo trataría a esta cuestión como si los líderes para cada caso fueran individuos de una misma profesión, pero especializados de manera diferente.
Para empezar, hay dos cuestiones relacionadas con la naturaleza de cada una de estas instituciones que definen las estrategias de las mismas y pro consiguiente, a sus líderes: los ejércitos no buscan la rentabilidad, sino prepararse para combatir y eventualmente, destruir a un adversario.
Las empresas, si bien pueden competir con sus adversarios y esto se puede asimilar a la actividad militar de alguna manera, nunca llegan a los límites de vida o muerte de las instituciones militares.
Por otra parte, un ejército es una institución pública mientras que las empresas son generalmente privadas. Esto también establece diferencias.
La estructura de una empresa y un ejército también presenta variaciones importantes. Por ejemplo, en un ejército existe siempre algún tipo de mecanismo (educación militar) que permite la incorporación y capacitación de sus propios integrantes.
Las empresas no poseen mecanismos de esta naturaleza, o lo que podemos ver en ellas es siempre inferior en magnitud a lo que se observa en la esfera militar.
Esto no quiere decir que un líder militar no se pueda convertir o transformar en uno empresarial, y viceversa. Los generales romanos en realidad no eran militares de carrera, sino individuos elegidos, y hay muchos casos de individuos de armas que se han retirado de su profesión y ejercieron o ejercen sus tareas como empresarios.
Sin embargo, este proceso de conversión puede no ser muy rápido puesto que las profesiones son diferentes y en algunos casos, bastante complejas. Si lo que se busca es convertir a uno en lo otro, lo primero que hay que hacer es reconocer cuales son las diferencias que existen entre ambas categorías.
Es muy probable que si el liderazgo evolucionara hacia una profesión o ciencia bien estructurada habría que establecer un núcleo de principios conceptuales comunes, per también diversas áreas de especialización dependiendo, generalmente, de la clase de organizaciones que se pretende liderar. Para ello sería necesario efectuar una buena clasificación de las mismas.
Al pensar en una conversión de líderes o jefes militares a la vida empresarial tras el retiro de la profesión militar, como ocurre en muchos casos, es necesario tener en cuenta las características de la cultura militar. Esto quiere decir que quizás sea necesario, para lograr una mejor conversión, evaluar algunas de las características de la mentalidad militar.
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